A veces toca apretar los dientes y seguir

Que la vida en general no es un camino de rosas, es algo que se descubre normalmente a una edad temprana. Si lo movemos al ámbito profesional, la afirmación también tiene sentido, puesto que hay momentos agradables y otros que por contra nos obligan a «apretar los dientes» y seguir avanzando. Durante mi vida en general, me he encontrado con situaciones complicadas y para enfrentar aquellas ocasiones hacía mía una frase de la canción «El viento a favor» de Enrique Bunbury que dice: «si ya no puede ir peor, haz un último esfuerzo, espera que sople el viento a favor«. Ese era mi mantra, me ayudaba a centrarme en la solución.

Los momentos difíciles son como cuando vas corriendo y al levantar la vista, divisas el cartel de último Kilómetro, pero tus fuerzas escasean. Tienes todas tus alarmas disparadas y no paran de mandarte «órdenes de stop». Es en ese momento, cuando no tienes más remedio que buscar un extra de motivación que te ayude a completar el recorrido. A mi me funciona tocarme la gorra roja, regalo de mi sobrino, o echarme la mano al pecho y buscar una medalla de mi madre. Su mero contacto hace que se me salten las lágrimas y encuentre esa inyección extra de energía que me dispara hacia el final.

Aunque cierto es que, conocer la existencia de una META al final de un esfuerzo prolongado o situación difícil, ayuda, ya que te permite enfrentar los últimos pasos de un modo directo y sin reservas. Pues sabes que está justo enfrente de ti y que nadie va a mover esa línea unos metros más atrás cuando ya estás a punto de cruzarla. Eso, desgraciadamente, a veces no sucede en el entorno laboral.

Por eso es fundamental disponer en el equipo de buenos gestores de proyectos que, por un lado mantengan alta la moral y eliminen al máximo las dificultades del equipo, y por otro, que evite continuos «cambios ilógicos» en los alcances. Todos sabemos que las metodologías agile, bien aterrizadas y con equipos cohesionados, son muy eficientes, si bien llegar al nivel de máximo desempeño en ocasiones es muy difícil y ese peaje, produce justamente la impresión contraria.

Como todo en la vida, no basta con disponer de una certificación Scrum o SAFe para convertirse en un experto en agilidad, sino que son los años de experiencia remangado en primera línea los que te ayudan a alcanzar el nivel óptimo del equipo y a lidiar con las expectativas del sponsor del proyecto.

Sigamos avanzando y en momento de oscuridad, repitamos nuestro mantra para que las nubes se conviertan en pasajeras.

Link de interés:
Vídeo Oficial de «El Viento a Favor», de Enrique Bunbury, aquí.

Foto de portada gracias a Kamaji Ogino en Pexels

Publicado por alb3rtoalonso

Soy un enamorado del poder de los datos. Entusiasta de la mejora y formación continua.

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