No son ni las cinco de la mañana y tengo los ojos como platos. Desde pequeño me viene pasando que, si al día siguiente tengo algún plan genial, no soy capaz de dormir. Así que no me ha quedado otra que levantarme y ponerme a escribir esta entrada para, al menos, aprovechar que estoy en pie desde bien temprano.
Bueno, pues como habrás podido intuir tras leer el título, esta entrada va de que hoy voy a probar un vehículo de la marca Tesla.
Estos días se lo he ido compartiendo a algunos de mis colegas y el feedback recogido ha sido muy diverso. Se ve que, es una marca que no deja indiferente a prácticamente nadie. Tanto es así, que aquí os dejo algunos de los comentarios que mis amigos me han hecho estos días: «la autonomía que prometen es más falsa que un billete de 6 euros«, «pregúntale al grupo de usuarios de Tesla en Noruega«, «no hay donde enchufarlos«, «es un coche tan bonito como ineficaz«, e incluso me pasaron un link de Youtube con el título «Tesla, una estafa«. Entre los positivos destaco algunos como, «piel vegana, me encanta«, «el modo perro es lo más» o «no tendré que volver a pisar una gasolinera«.
Curva de adopción
Con estos mimbres uno se cuestiona si realmente merece o no la pena adquirir un vehículo de este tipo (incluso teniendo en cuenta la gran bajada de precios de ayer) o si hay que moverse hacia la derecha en la curva de adopción del vehículo eléctrico y así esperar que maduren las tecnologías propias de las baterías, aumenten los puntos de recarga,…

Sin embargo, lo que nadie puede negar es que, entre otras cosas, Tesla cambió la forma en la que entendemos la movilidad. Sus vehículos marcan el standard con respecto a la tecnología y el resto de marcas, después de unos pocos años, no han logrado estar a la altura de su aplicación móvil, de la eficiencia de consumo, de la seguridad de sus vehículos, del área de entretenimiento,… en general nadie ha conseguido mejorar sensiblemente la tecnología que incorporan estos vehículos. Y es aquí donde me quiero centrar, en hacer ver que no estamos hablando de un coche, sino de un ordenador con ruedas.
El que nuestro vehículo sea un ordenador móvil, nos permite por ejemplo, que gracias a las actualizaciones de software, nuestro dispositivo se revalorice (o al menos no pierda valor). Esto es algo que muchos propietarios de versiones antiguas del Model 3 comentan. Su coche, tras varios años, ha mejorado y mucho con respecto a aquello que inicialmente adquirió. Por ejemplo, su sistema de conducción asistida ha ido incorporando mejoras y ahora es capaz de identificar señales y reaccionar ante situaciones con las que antes no era capaz de lidiar. Pero no sólo han mejorado con respecto al manejo autónomo del vehículo, también gracias a la continua explotación de los datos por parte del equipo de Tesla, han mejorado en la optimización de los procesos de «repostaje», gracias a una mejor eficiencia en la curva de carga, el acondicionamiento de la batería y también con respecto a la potencia entregada.
Inteligencia Artificial
Y para terminar la entrada de hoy (se acercan las 7:00 y va siendo hora de dar el paseo con Django y Molly) quiero hablar de la Inteligencia Artificial que montan. Esta IA es el claro ejemplo de Edge AI, es decir, el modelo de predicción se encuentra embebido dentro del propio sistema, algo que evita los posibles «delays» entre lo que el sensor está viendo y el sistema que debe tomar la decisión (no hay que mandar la petición al Cloud). Además, ten presente que la decisión de si girar o pararnos tampoco podría depender de si estamos en un área con cobertura móvil o no. Esto hace que Tesla haya montado toda la parte de inteligencia en el propio vehículo y lo haya dotado de un hardware potente, capaz de gestionar y dar respuesta en ms.

Como puedes observar en la imagen de arriba (Microsoft), el modelo de predicción se entrena y evalúa en el Cloud. Así, una vez que el equipo decide lanzar la nueva release, se utiliza Azure IoT Hub para desplegarlo en todos los dispositivos Edge vinculados a él, para de este modo, actualizar el modelo en el propio dispositivo móvil. Es decir, en los sistemas que tu vehículo incorpora.
Finalmente, cada cierto tiempo se extraen datos desde los vehículos para que de nuevo el equipo de IA trabaje sobre una nueva versión del modelo y así poder optimizarlo, ofreciendo nuevas capacidades y ayudas en la conducción. Si alguna vez has trabajado en el entrenamiento de un modelo de reconocimiento de imagen, te podrás hacer una idea de las máquinas que deben levantar en el Cloud para procesar la información ingente que reciban desde los millones de vehículos distribuidos por todo el mundo. Algo que, además, se complica por las particularidades de cada uno de los países donde opera. Por ejemplo, las señales de tráfico no exactamente iguales en España que en USA, así como las normativas,…
Todo esto hace que para mí, el montarme en un vehículo Tesla no sea lo mismo 😉
Aquí os dejo el link a la AI@Edge Community de Microsoft, por si le queréis echar un vistazo.
Foto de portada gracias a SCREEN POST: https://www.pexels.com/es-es/foto/coches-internet-coche-vehiculo-10029877/
Interesante reflexión y punto a favor para Tesla lo de ir actualizandose y ser un mejor producto que en el momento de la compra. El vehículo eléctrico en general sigue sin convencerme, aunque parece que va mejorando y la conducción autónoma…. Bufff, no acabo de verlo… Me alegro que el madrugon te haya servido para algo bueno. Un saludo.
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